La mañana de Navidad, luego de los festejos de Nochebuena, suele encontrar a muchas personas con el cuerpo cansado y el descanso alterado. La neumonóloga Mirta Coronel, especialista en sueño, advirtió que ese agotamiento no responde únicamente a los excesos propios de la celebración, sino a un desgaste previo que se arrastra desde los días anteriores.
“El cansancio no tiene que ver sólo con la comida y la bebida, sino también con el exceso de trabajo y las exigencias previas. Muchas personas llegan a las fiestas agotadas física y emocionalmente, y eso impacta directamente en el descanso”, señaló la médica.
Un reloj que se desajusta
Dormir menos horas de lo habitual altera el funcionamiento normal del organismo. Coronel explicó que el cuerpo responde a un reloj biológico que regula el ciclo sueño vigilia y que cualquier modificación sostenida genera consecuencias. “Nuestro cuerpo tiene un reloj biológico que regula el ciclo sueño vigilia. Cuando lo desordenamos, aparecen el cansancio, la fatiga, la ansiedad y, en algunos casos, síntomas de irritabilidad o bajo estado de ánimo”, afirmó.
En este contexto, la especialista indicó que durante las fiestas aparece con frecuencia el llamado jet lag social, un desajuste entre los horarios habituales y los impuestos por la vida social. “Durante la semana muchas personas duermen seis o siete horas, y el fin de semana o en las fiestas se acuestan mucho más tarde. Ese cambio genera un efecto similar al del jet lag de un viaje largo”, comparó.
No todos reaccionan igual ante ese corrimiento horario. “Existen distintos cronotipos. Las personas más matutinas, conocidas como alondras, sufren más el trasnochar. En ellas se observa mayor irritabilidad, cansancio y cambios de humor”, detalló Coronel.
Alcohol, comida y sueño superficial
Uno de los factores que más interfiere con el descanso durante las celebraciones es el consumo de alcohol. La médica desmintió un mito. “Existe la creencia de que el alcohol ayuda a dormir, pero en realidad produce dos o tres horas de sueño y luego genera un rebote que despierta a la persona”, explicó. Además, advirtió que el alcohol relaja los músculos y empeora los ronquidos y las apneas del sueño, una condición cada vez más frecuente.
A ese escenario se suman las bebidas con cafeína y las comidas abundantes. “El azúcar es un estimulante. Por eso se recomienda evitar el chocolate por la noche, ya que dificulta el descanso. También influyen las comidas con exceso de grasas y sal”, sostuvo. Según la especialista, la combinación de alcohol, cafeína, comidas pesadas y, en algunos casos, tranquilizantes, favorece un sueño superficial que no logra ser reparador.
Un pilar de la salud
Coronel remarcó que el descanso cumple un rol central en el bienestar general. “El sueño es uno de los tres pilares fundamentales de la salud, junto con la alimentación y la actividad física”, expresó.
La médica subrayó que cuidar el descanso resulta clave también después de los festejos, cuando el cuerpo necesita recuperarse. Dormir mejor no solo permite aliviar el cansancio inmediato, sino que contribuye a restablecer el equilibrio físico y emocional tras una noche de celebración.
Hábitos simples para recuperarse el 25
• Exponerse a la luz solar y moverse: “Es importante exponerse a la luz solar por la mañana, realizar actividad física leve y promover la desconexión digital. Menos pantallas y más conexión familiar”, aconsejó la especialista.
• Desconexión digital y vínculo familiar: “Se recomienda limitar el uso de redes sociales a momentos puntuales del día y priorizar el contacto familiar”, señaló Coronel al referirse a la necesidad de reducir estímulos digitales.
• Siestas cortas y reparadoras: “Entre la una y las tres de la tarde hay una caída natural de las hormonas del estado de alerta. En ese horario se puede dormir una siesta corta, de 20 a 30 minutos. Eso ayuda a rendir mejor sin afectar el sueño nocturno”, explicó. En ese sentido, advirtió que las siestas prolongadas interfieren con el descanso nocturno.
• Evitar conducir con falta de sueño: “No se debe conducir si no se durmió bien. La falta de sueño disminuye los reflejos, la atención y la capacidad cognitiva, y está directamente relacionada con accidentes de tránsito y laborales”, alertó la especialista.
• La luz solar como reguladora del descanso: “Cuando uno se expone a la luz del día, el cerebro recibe el mensaje de que es momento de despertarse. Eso ayuda a sincronizar nuevamente el reloj biológico y favorece un mejor descanso nocturno”, concluyó Coronel.